El masaje es una de las técnicas terapeúticas más antiguas que se conocen y ha sido utilizado desde hace siglos por prácticamente todos los pueblos del mundo. Su evolución ha estado ligada siempre a los campos de la medicina y la salud.
Todas las personas utilizamos el masaje de forma instintiva para aliviar el dolor que provoca un traumatismo, frotando la zona suavemente o friccionando de forma enérgica partes del cuerpo que han quedado frías para entrar en calor. Incluso entre los animales hay especies que realizan movimientos similares, como los simios en su ritual de acicalamiento, los perros o los gatos al amasar a su madre para estimular la salida de la leche.
El masaje se podría definir como:
- Por la activación de las terminaciones nerviosas simpáticas, adrenalina, hormona secretada por las glándulas suprarrenales y que tiene un efecto vasoactivo que, por ejemplo a nivel de la piel será vasoconstrictor y vasodilatador a nivel de la musculatura esquelética. Por lo tanto su secreción favorecerá un aumento del tono muscular, de la actividad neuronal y un aumento de la resistencia a la fatiga. Así un masaje rápido, efectuado de forma enérgica aunque suave y de corta duración tendrá un efecto estimulante.
- Por la activación de las terminaciones nerviosas parasimpáticas, se liberan sustancias como la histamina y acetilcolina que, por su interacción con ciertos receptores, actuarán produciendo una vasodilatación y disminución de la frecuencia cardíaca entre otras cosas. Se producirá un aumento del flujo sanguíneo en la zona, un aumento del intercambio arterio-venoso ayudando a la eliminación de toxinas y sustancias responsables de estímulos nociceptivos (dolor) y aumento de la llegada de sangre arterial rica en oxígeno. De forma que, un masaje lento y profundo tendrá un efecto relajante y sedante, favoreciendo también la relajación muscular.
- Liberación de endorfinas y encefalinas que disminuyen el dolor.
En resumidas cuentas y entre otros, los efectos terapeúticos del masaje incluyen: la analgesia, la relajación o sedación, activación circulatoria, disminución de la tensión muscular, disminución de la inflamación o edema y disminución de las adherencias en el tejido.
Está indicada su aplicación en multitud de afecciones, entre ellas:
- A. cutáneas: cicatrices, esclerodermia, celulitis...
- A. musculares: contracturas musculares (sobreesfuerzos, traumas), atrofias (por denervación o inmovilidad), mialgias...
- A. articulares: traumas periarticulares (esguinces, contusiones, derrames), artritis subagudas (estimula la síntesis de líquido sinovial y células defensivas), artrosis (aumenta la nutrición del cartílago articular), inflamación de estructuras periarticulares (tendinitis, tenosinovitis, bursitis, capsulitis), artrodesis...
- A. óseas: fracturas (mejora del dolor, inflamación, circulación y nutrición del tejido), hematoma subperióstico...
- A. neurológicas: neuralgias (ciática, síndrome del túnel carpiano...), neuritis, parálisis, paresias, insomnio...
- A. circulatorias: deficiencias de la circulación venosa y linfática, edemas, linfedemas...
- A. metabólicas: obesidad, diabetes, gota...
- A. respiratorias: flexibilización y relajación de la musculatura respiratoria consiguiendo una mejor eficacia ventilatoria y de limpieza de las vías aéreas...
- A. viscerales: estreñimiento, cirugías, postparto...
El masaje, como cualquier otra técnica terapeútica también tiene contraindicaciones que es preciso conocer:
Absolutas:
- Alteraciones hemorrágicas
- Flebitis, linfangitis, trombosis, trastornos vasculares agudos en general
- Cardiopatías no compensadas
- Enfermedades inflamatorias en estado agudo
- Infecciones (por riesgo de diseminación)
- Tumores (por la posibilidad de metastatización)
- Heridas
- Estados febriles
Relativas:
- Embarazo (durante los tres primeros meses de gestación y precaución en la zona abdominal)
- Hiper-hipotensión
- Taquicardia
- Aumento del dolor durante el masaje o falta de aceptación por parte del paciente
El masaje se ha clasificado en diferentes tipos, pero fundamentalmente la diferencia entre ellos radica en la presión que ejerzamos, alcanzando mayor o menor profundidad dependiendo del tejido sobre el que queramos actuar, la rapidez o lentitud de las maniobras y del tipo de movimiento que realicemos. No se realizará un masaje del mismo modo a un bebé que a un deportista o una embarazada, por las diferencias en su anatomía, maduración del tejido y los efectos que queremos conseguir.
Durante el tratamiento siempre hay que prestar una atención exquisita a las estructuras que tenemos bajo las manos y a lo que sucede debajo de ellas, ya que el tejido nos irá informando de los siguientes pasos a seguir, siendo fundamental un perfecto conocimiento de la anatomía palpatoria.
En definitiva, el masaje es una de las herramientas terapeúticas de mayor utilidad y eficacia, de hecho, en el Gabinete de Fisioterapia Myos es la técnica que más utilizamos con diferencia, bien sóla o acompañada de otras terapias.
Muy buen artículo, los felicito. Esos masajes que mencionaron son los más comunes en el mercado, pero también bastante útiles. No hay nada mejor que ir a masajearse, siempre tomando en cuenta, que lo haga un especialista por supuesto. Saludos desde Costa Rica!
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