Acerca del Centro

Trabajamos cada día con dedicación y entrega para ofrecer Fisioterapia de calidad, basada en tratamientos individualizados y siempre personalizados en función de las necesidades de nuestros pacientes.
Nuestra especialidad es la Terapia Manual y nos mantenemos en constante formación para continuar creciendo siempre como profesionales y así poder ofrecerles lo mejor en Fisioterapia.

miércoles, 1 de julio de 2015

LINFEDEMA: ¿qué es y como detectarlo?

El Linfedema es una patología de carácter crónico, frecuentemente asociada al tratamiento de diversos tipos de cáncer y que implica generalmente un gran impacto en la calidad de vida de las personas que lo padecen.

¿Qué es el Linfedema?
Imagen cortesía de: http://www.somospacientes.com
Se trata de la acumulación de líquido con alto contenido en proteínas en el espacio intersticial (espacio existente entre las células de los tejidos) debido a un déficit en su drenaje, por algún tipo de problema que afecte al sistema linfático. Esto dará lugar a la "hinchazón" en determinadas partes del cuerpo, más frecuentemente en las extremidades, pero también asociado en muchos casos a edema en una parte adyacente del tronco.



Causas de la aparición de un Linfedema


Linfedema primario: 


Existe una malformación del sistema linfático ya sea hereditaria o adquirida.

Por agenesia o hipoplasia, debido a un defecto en el desarrollo del sistema linfático, el individuo nace con un numero menor de vasos, troncos o ganglios linfáticos, o su diámetro es más pequeño de lo normal. Originará edemas más o menos importantes en función de las estructuras afectadas.
Pueden ser de aparición temprana, entre el nacimiento y el primer año de vida (congénito), en la adolescencia (precoz), o después de los 35 años (tardío).
El edema puede aparecer muy tarde a consecuencia, por ejemplo, de un traumatismo o la picadura de un insecto, que pondrá de manifiesto un problema en la reabsorción de la inflamación.

*Por incontinencia o insuficiencia valvular: Las paredes de los colectores y precolectores (vasos) linfáticos poseen unas válvulas que hacen que la linfa discurra en una sola dirección. Un fallo en este sistema valvular hará que se produzca un reflujo de la linfa hacia atrás, provocando una dilatación de parte de los vasos linfáticos, similar a las varices en las venas, que hará que no funcionen correctamente, desembocando en un Linfedema.


Linfedema secundario: 


Por obstrucción o destrucción de las vías linfáticas, de origen:

- Infeccioso (linfangitis, linfadenitis, celulitis, erisipela) o parasitario (filariasis).
- Neoplásico (en su crecimiento, el tumor comprime los vasos linfáticos vecinos).
- Traumático o postoperatorio (por heridas amplias, hematomas, cicatrices, con lesión masiva de vasos linfáticos).
- Tras la extirpación quirúrgica de ganglios linfáticos y cadenas ganglionares en el tratamiento oncológico y por la acción de la radioterapia con el mismo fin, que ocasiona lesión de vasos, ganglios linfáticos, piel y tejido subcutáneo, así como su tendencia a la posterior fibrosis y endurecimiento del tejido, debido a que la acumulación de líquido con un alto contenido en proteínas favorece la formación y aglomeración de los fibroblastos.

Actualmente, la principal causa del desarrollo de Linfedema es la cirugía por cáncer de mama. En este caso el Linfedema sería secundario y se le considera una complicación del tratamiento quirúrgico del tumor. Las posibilidades de desarrollar un Linfedema aumentan si a la cirugía se asocia radioterapia.

¿Cómo detectar el comienzo del Linfedema?

Actualmente el diagnóstico del Linfedema se realiza en base a los síntomas clínicos. Tanto su detección como su tratamiento debe ser multidisciplinar. El facultativo al que acude el paciente ante los primeros síntomas suele ser el Oncólogo, en caso de que éstos aparezcan en los primeros meses posteriores a una cirugía oncológica; o al médico de cabecera, el cual derivará al paciente al especialista correspondiente que, en caso de sospecha de Linfedema, incluye también al especialista en patología vascular.

El realizar una historia clínica detallada al comienzo de los síntomas es fundamental, en la que se analicen los principales factores de riesgo para el desarrollo de un Linfedema, principalmente si el paciente ha sido intervenido quirúrgicamente por un proceso canceroso (mama, próstata, ovario y otros tumores uroginecológicos), aunque los síntomas aparezcan meses e incluso años después.

Por regla general, se considera que existe un Linfedema cuando al realizar la medición manual del perímetro del miembro afectado en diferentes puntos con una cinta métrica (circometría), la diferencia en alguno de los niveles comparado con el lado sano o preferiblemente con las medidas previas a la cirugía en caso de que haya existido y tener ese dato, es mayor a 2 cms.

El Linfedema puede desarrollarse tanto de manera precoz, a los pocos meses de la cirugía, como tardíamente años después, entre el año y medio y los tres años o incluso más tarde.

El médico valorará igualmente de qué tipo de edema se trata, realizando un diagnóstico diferencial entre un edema por aumento del aporte de líquido, ya sea de origen vascular o sistémico (insuficiencia venosa, arterial o periférica, insuficiencias cardíaca, hepática y renal, síndrome nefrótico, malnutrición...), y un edema producido por falta de drenaje en el que exista una "insuficiencia linfática" que derive en un Linfedema. Este punto es especialmente importante en el Linfedema del miembro inferior, que suele ser más frecuentemente infradiagnosticado, en muchos casos el diagnóstico se realza en fases avanzadas

Extraido de: http://www.sld.cu/galerias/pdf/sitios/rehabilitacion/tratamiento_del_linfedema.pdf


Manifestaciones clínicas del comienzo de un Linfedema

Si el paciente ha sido sometido a una mastectomía, extirpación de ganglios o cadenas ganglionares (linfadenectomía) del miembro superior sumado o no a radioterapia, deberá prestar especial atención al brazo del lado intervenido. Si la cirugía ha sido abdominal o ginecológica, principalmente si ha cursado igualmente con extirpación ganglionar, atender a los síntomas que puedan manifestarse en los miembros inferiores tales como:

- Sensación de dolor y pesadez en la/s extremidad/es correspondiente/s.
- Sensación de plenitud o de piel ajustada y tirante, en toda la extremidad o en una o varias de las articulaciones.
- En caso del miembro superior, dificultad para usar relojes, anillos, pulseras, camisas, etcétera, que antes no apretaban.
- En caso del miembro inferior, igualmente sensación de que la ropa y el calzado aprietan o quedan ajustados.
- Picazón o sensación de quemazón constante en la extremidad correspondiente.
- Dificultad en la realización de actividades cotidianas que impliquen a esa extremidad.
- Hinchazón que comienza muy poco a poco y que puede ser difusa y que no afecte al miembro superior o inferior en su totalidad. El edema puede aparecer sólo en el brazo, sólo en la mano y de la misma manera en el miembro inferior.
- Sensación de mayor calor en esa extremidad por ejemplo al tomar el sol o en época estival.
- Reacción inflamatoria que afecta a todo el miembro tras la picadura de algún insecto o animal, corte, herida o traumatismo. Puede ser el desencadenante del Linfedema tanto primario como secundario.

Recomendamos que aunque el diagnóstico médico tras las valoraciones correspondientes no sea de linfedema es decir, que la diferencia de volumen no sea mayor a 2 cms., el paciente acuda a un fisioterapeuta ya que es fundamental abordar el edema de forma precoz y que, en caso de que sea desconocedor de los cuidados higiénico-sanitarios del Linfedema, el propio fisioterapeuta pueda informarle y enseñarle.


Fisioterapia Myos web




sábado, 28 de febrero de 2015

PILATES PARA EMBARAZADAS

El conocido Método Pilates ha sufrido una evolución importante desde sus orígenes hasta nuestros días, debido a la ampliación de conocimientos tanto de anatomía como de biomecánica por parte de muchos de los nuevos instructores de Pilates, que se preocupan cada vez más por conocer el por qué y para qué en la utilización de los ejercicios descritos para los diferentes niveles básico, intermedio y avanzado.

Desde mi humilde opinión, es en el momento en el que el Método Pilates se incorpora al mundo de la Fisioterapia, cuando pasa de ser una opción deportiva para mantener o mejorar nuestra forma física en estado de SALUD, a convertirse en una forma adicional y complementaria a las que ya conocíamos, de TERAPIA A TRAVÉS DEL MOVIMIENTO al realizar cada ejercicio con un objetivo clínico concreto

El profesional de la salud utiliza sus conocimientos en razonamiento clínico para adaptar la enseñanza del Método Pilates a personas con características especiales como pueden ser las mujeres en el momento del embarazo, durante el postparto, o personas que padezcan alguna lesión o problema en el aparato locomotor.

Os dejo a continuación un artículo sobre "Pilates para embarazadas" que he escrito para el nº 109 de la revista Mi Pediatra en el que os cuento cuáles son los principios del Método Pilates, sus beneficios para la mujer embarazada, contraindicaciones de la práctica de ejercicio físico durante esta etapa y las modificaciones generales de los ejercicios en función del trimestre de gestación en el que se encuentre la futura mamá.

Podéis leer el artículo completo pinchando en:
 Pilates para embarazadas





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martes, 3 de febrero de 2015

ASPECTO DE UNA CICATRIZ DE CESÁREA ANTES Y DESPUÉS DEL TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA

Como comentaba en un artículo que escribí hace unos meses (http://www.fisioterapia-myos.com/wp-content/uploads/Cicatriz_ces%C3%A1rea_1.pdf?7363f9) el tratamiento de la cicatriz de la cesárea puede ser importante especialmente si la persona tiene tendencia a una mala cicatrización bien sea en forma de queloide o a través de cicatrices poco elásticas y endurecidas, ya que podría influir negativamente a medio y largo plazo en su postura y dinámica corporal, y tal vez en la adecuada movilidad y funcionamiento visceral en caso de desarrollar adherencias profundas, entre otras cosas.

Os presento el caso de una paciente, la cual cuando vino a consulta había dado a luz hacía aproximadamente un mes mediante cesárea. Se trataba en este caso de su segunda cesárea, durante la cual su obstetra limpió quirúrgicamente adherencias en los tejidos, que se desarrollaron tras la primera intervención. La paciente nos comentaba que la anterior cicatriz quedó incluso más hundida y retraída que la actual y que no mejoró en modo alguno en los años posteriores.

Tras el tratamiento de fisioterapia, la mejoría estética de la cicatriz es evidente como veréis, asociada a una recuperación importante de la elasticidad del tejido cicatrizal tanto a nivel cutáneo como en planos más profundos.

Para el tratamiento utilizamos terapia manual a través de masaje para la movilización de la cicatriz, técnicas de Inducción miofascial en planos superficiales y profundos, gancheo indoloro del tejido cicatrizal y ultrasonidos. Recomendamos ejercicios Hipopresivos para mejorar el tono de la faja abdominal, así como por la tracción y estiramiento de los tejidos profundos que acompaña a su realización.









 web fisioterapia Myos



domingo, 11 de enero de 2015

COMBATE LA DIÁSTASIS ABDOMINAL TRAS EL PARTO

En el número de enero (nº 107) de la revista "Mi Pediatra" encontraréis este artículo en el que explico qué es la diástasis abdominal y cómo la reciente mamá puede reducirla e incluso conseguir que desaparezca sin recurrir a la cirugía.

¿Has dado a luz hace meses y tu abdomen aún no se ha recuperado?, ¿quieres saber si tienes o no una diástasis?, ¿no sabes cuándo empezar a hacer abdominales ni cuáles deberías hacer?, ¿tienes dudas acerca de si una faja postparto te podría ayudar?. Todo esto y mucho más te lo cuento a continuación.

Podéis leer el artículo completo pinchando en el botón:
 Combate la diástasis tras el parto







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lunes, 20 de octubre de 2014

TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA PARA LA CICATRIZ DE LA CESÁREA

Este es el último artículo que he escrito para el nº 105 de la revista "Mi Pediatra". En él hacemos un repaso de cómo es el parto por cesárea, intentando dar respuesta a preguntas que habitualmente se hacen las mujeres tras dar a luz de esta manera: el tiempo de cicatrización de la herida, cuáles son los posibles signos de infección, cuando comenzar a hacer deporte...

También explicamos el modo de cuidar la cicatriz en las primeras semanas mediante un automasaje, así como el tratamiento con fisioterapia, importante para evitar que quede engrosada, tirante, hundida o minimizar el riesgo de que aparezcan adherencias a capas de tejido más profundas.

Podéis leer el artículo completo pinchando en el botón:
 Fisioterapia para la cicatriz de la cesárea








viernes, 25 de julio de 2014

¿Cómo la tensión en la musculatura de cabeza y cuello puede influir en los acúfenos o tinnitus?


El tinnitus o acúfeno es un fenómeno que consiste en la percepción de zumbidos, pitidos, silbidos, campanilleos o simplemente ruidos sin que los mismos procedan de ninguna fuente sonora fuera del cuerpo. 


Tipos de tinnitus o acúfenos


Tinnitus o acúfenos objetivos, también llamados somatosonidos:


Son aquellos que también pueden ser percibidos por otras personas adicionales al paciente, como por ejemplo especialistas en enfermedades del aparato auditivo, etc. Están generados por una fuente sonora procedente del propio organismo. Aquí entraría principalmente el acúfeno de origen vascular (es de forma pulsátil) y el acúfeno somatosensorial.

Tinnitus o acúfenos subjetivos:


Son mucho más comunes que los objetivos. Estos no son percibidos por otras personas distintas al paciente por lo que muchas veces las causas y tratamientos son más difíciles de determinar. Puede ser producido por una fuente no sonora.
Se considera que en este caso se trata de un fenómeno puramente neuronal por incremento de la actividad espontánea de las neuronas en las vías auditivas, cuyo resultado sería el acúfeno.
En el caso de un acúfeno central, el cerebro procesa incorrectamente los datos obtenidos de los nervios auditivos y como consecuencia produce un sonido o ruido no existente.



 


Existen en las actualidad distintas teorías sobre el origen de los acúfenos, pero su mecanismo de producción exacto aún se desconoce. 


El acúfeno es considerado más bien un síntoma con múltiples causas posibles: alteraciones otológicas, neuronales o traumáticas, efectos adversos medicamentosos, déficit nutricional, alteraciones metabólicas alimentación, depresión, y desórdenes témporomandibulares o cervicales. Es frecuente que se den acúfenos causados por la afección de más de un sistema.





Relación entre las estructuras craneofaciales y los síntomas en el oído


Dentro de la parte que nos compete a nosotros como fisioterapeutas, existe un vínculo muy estrecho anatómico y fisiológico entre el sistema auditivo (en este caso principalmente el oído medio), el sistema estomatognático (conjunto de órganos y tejidos situados en la región cráneo facial que nos permiten por ejemplo comer, hablar, tragar, masticar, respirar, succionar, ...) y el sistema somatosensorial (componentes del sistema nervioso central y periférico que se encargan de recibir y procesar estímulos que provienen del medio ambiente así como señales internas, como tacto, temperatura propiocepción o la posición del cuerpo en el espacio y la nocicepción o dolor).


Vínculo somatosensorial

Según algunas observaciones clínicas, en alrededor del 70% de los pacientes estudiados, los acúfenos pueden ser modulados por movimientos voluntarios y maniobras de contracción de la musculatura de la cabeza y el cuello.

A nivel del tronco cerebral, en concreto en el núcleo coclear dorsal, se produce la llegada de la información auditiva (recogida por el sistema auditivo periférico) y de la posición de la cabeza en el espacio (propiocepción cervical alta recogida por el sistema somatosensorial).

A partir de aquí el sistema nervioso central procesa esta información, de manera que podemos deducir la localización de la fuente de sonido en el espacio. Por tanto, a nivel del núcleo coclear dorsal convergen informaciones procedentes de dos sistemas distintos, pudiendo influirse el uno al otro.

El núcleo coclear posee numerosos circuitos internos con un papel activador o inhibidor neuronal, que contribuyen a analizar la señal auditiva y distribuirla de la mejor manera hacia los circuitos nerviosos superiores. Cualquier alteración que influya sobre el núcleo coclear dorsal, puede dar lugar a una sobre representación en la corteza cerebral de algunas frecuencias de sonido, dando lugar al acúfeno.


Vínculo ligamentoso y articular

Articulación témporomandibular
1. Cóndilo de la mandíbula, 2. Arco cigomático del hueso temporal, 3. Disco articular.


Existe una continuidad anatómica entre la articulación témporomandibular (ATM), el ligamento esfenomandibular y el oido medio, a través de los ligamentos disco-maleolar (conexión entre la ATM y el hueso del martillo, que forma parte de la cadena de huesecillos del oído y que está en contacto directo con la membrana timpánica) y maleolar anterior (expansión del ligamento esfenomandibular). Estos dos ligamentos se unen al martillo separadamente tras atravesar la fisura petrotimpánica.
Se considera que los desplazamientos tanto del cóndilo mandibular como del disco durante los movimientos mandibulares, puede inducir cierto movimiento en el martillo, alterando la tensión de la membrana del tímpano y provocando síntomas a nivel del oído.





Por otro lado, se ha observado que en problemas de sobremordida (estudiado en pacientes que han perdido las piezas dentales posteriores) existe un sufrimiento en la articulación témporomandibular, que está situada justo por delante del oído. En algunos de estos casos, los cóndilos mandibulares, se movían excesivamente hacia atrás en el movimiento de cierre de la mandibula comprimiendo estructuras del oído como la trompa de Eustaquio, el nervio aurículotemporal y el nervio cuerda del tímpano, desencadenando síntomas otológicos..

Lo mismo puede ocurrir en caso de luxación del disco e inflamación de estructuras vasculares musculares y cápsuloligamentosas de la ATM.


Vínculo neuromuscular

Existen dos músculos ubicados en el oído medio que son considerados por la literatura como "músculos accesorios de la masticación", debido a que tienen una inervación motora común por parte de la rama mandibular del V par craneal o nervio trigémino, al igual que los verdaderos músculos de la masticación (masetero, temporal, pterigoideos lateral y medial, milohioideo y digástrico anterior). Son el músculo tensor del tímpano (o tensor del martillo) y el tensor del velo del paladar (o periestafilino externo).

ANATÓMICAMENTE  ambos músculos están conectados, ya que el m. tensor del tímpano se inserta en la membrana timpánica y sus fibras a nivel del oído medio se entrecruzan con las fibras de la porción más externa del m. tensor del velo del paladar, en un pequeño tendón.


Vista anterior de fisura petrotimpánica disecada exponiendo trompa de Eustaquio y músculos intra y extratimpánicos.
1. Tendón conjunto entre el tensor del martillo (TM) y el tensor del velo del paladar. 2. Tendón del TM llegando al martillo. 3. Cabeza del martillo. 4. Membrana timpánica.



Otro pequeño músculo relacionado con el tensor del tímpano es el m. estapedial (también llamado estapedio o m. del estribo), como su nombre indica se inserta en el huesecillo del estribo y tira de él en dirección opuesta a la tracción que realiza el tensor del tímpano a nivel del martillo, poniendo en tensión la cadena de huesecillos.





FUNCIONALMENTE, la trompa de Eustaquio es dependiente del m. tensor del velo del paladar. Su contracción durante los movimientos implicados en el acto de tragar, bostezar, estornudar, y la fase inspiratoria de la respiración, abre la trompa de Eustaquio permitiendo la aireación y ventilación del oído medio y equilibrando la presión entre éste y el medio externo.


El m. tensor del tímpano actúa como "gatillo barorreceptor", es decir, cuando hay un aumento de la presión ambiental externa, las fibras del m. tensor del tímpano se acortan (ya que la membrana timpánica se abomba hacia el interior del oído medio), y se dispara un mecanismo reflejo al núcleo motor del trigémino, estimulándose la contracción tanto del tensor del tímpano como del tensor del velo del paladar, manteniendo así el equilibrio de presiones.

Por otro lado, tanto el m. tensor del tímpano como el m. estapedial (inervado por el VII par craneal o nervio facial) se contraen a la vez de forma refleja muy rápidamente ante ruidos intensos y súbitos, protegiendo al oído frente a traumas sonoros.




¿Cómo un problema en estas estructuras puede provocar tinnitus o acúfenos?


Entre todas las teorías propuestas para explicar la presencia de acúfenos cuando no hay alteración a nivel del oído, nariz o garganta, parece tener más peso, aunque no está totalmente aceptada, la "hipótesis del espasmo muscular reflejo". Se considera que los:

- Acúfenos objetivos: 

Se producen por contracción rítmica y repetitiva de los músculos tensor del tímpano y estapedial, que al activarse producen un movimiento rítmico de la membrana timpánica. Este fenómeno se ha denominado "mioclonus palatino" y "mioclonus del oído medio".

Tambíén, en lugar del mioclonus, puede producirse una contracción sostenida de estos músculos, que originará pérdida auditiva, principalmente de los tonos bajos, y que puede fluctuar produciendo síntomas episódicos en el oído.

- Acúfenos subjetivos: 

Existe una contracción refleja del músculo tensor del tímpano.


En estos casos lo que existe es una alteración en la conducción del sonido en el oído medio, sin haber una verdadera disfunción en el oído o en la trompa de Eustaquio.

Diversos autores sugieren que el espasmo de estos tres músculos corresponde a una contracción refleja secundaria al espasmo de la musculatura masticatoria, que podría estar producido por diversos factores, entre ellos por fatiga muscular, en muchos casos asociado a fases de bruxismo y estados de tensión emocional aumentada.

Los trastornos témporomandibulares (tanto de la ATM como de los músculos de la masticación) están muy frecuentemente asociados con otros síntomas otológicos como vértigo, inestabilidad, mareo, sensación de pérdida auditiva, sensación de oído tapado y otalgia (dolor de oído). En un gran número de casos vienen acompañados de cefaleas (tanto tensionales como vasculares) y estrés.

Travell y Simons, en su manual de puntos gatillo, hacen referencia a la existencia de acúfenos unilaterales en presencia de puntos gatillo en la porción profunda del músculo masetero y en el músculo pterigoideo externo del mismo lado, explicándo al igual que otros muchos autores, como un fenómeno sensitivo referido o a través de la hipótesis del espasmo muscular reflejo. 

Se describen también síntomas en el oído referidos de puntos gatillo en el esplenio de la cabeza y estenocleidomastoideo (principalmente de la porción clavicular).






Identificación del acúfeno somatosensorial


Sanchez y Rocha (2011) sugieren sospechar de acúfeno somatosensorial si el paciente presenta alguna de estas situaciones:

1. Antecedente de trauma en cabeza y cuello, prestar especial atención ante latigazo cervical y trastornos témporomandibulares.

2. Acúfeno asociado a manipulación en dientes, mandíbula o columna cervical.

3. Episodios de dolor recurrente en cabeza, cuello u hombro.

4. Coincidencia en el tiempo de la aparición o aumento del dolor y del acúfeno.

5. Aumento del acúfeno al adoptar posturas inadecuadas al descansar, al andar, al trabajar, o al dormir.

6. Periodos de bruxismo durante el día o la noche.


Durante la exploración realizaremos una palpación de la musculatura masticatoria y cervical en busca de puntos gatillo miofasciales.
Levinne et al. (1999) proponen pedir al paciente que realice movimientos activos de cuello, hombros, mandíbula y ojos y anotar si se modifican los acúfenos. Describieron una serie de contracciones isométricas que denominaron "Test Somático":




 Fuente: Relación entre acúfenos y dolor orofacial: el acúfeno somatosensorial. Pozuelo Pinilla E., Pesquera Velasco J., Benito Vicente MC y De La Hoz Aizpúrua JL.
 www.consejodentistas.es












martes, 25 de marzo de 2014

LA POSTURA EN LA BICI Y LESIONES FRECUENTES (2ª parte)




Como ya explicamos en el post anterior, la posición inadecuada o poco adaptada a nuestra fisionomía, de alguno o varios de los componentes de la bicicleta, puede ser en gran medida la responsable de que comiences a sufrir molestias que podrían derivar en lesión o en un problema más importante.

A continuación seguimos analizando la postura en la bici y las partes de ésta que pueden estar relacionadas con la aparición de problemas cervicales, en las manos, ingles, región perineal y en pies.



Contracción de la musculatura cervical en la bici.
Fuente: www.fransaiz.com
Dolor cervical

Las molestias en esta región suelen estar producidas por sobrecarga de la musculatura que extiende la cabeza y el cuello.

Cuanto más horizontal situemos el tronco en la bici, es decir, cuanto más nos tumbemos sobre ella, más carga tienen que soportar estos músculos para luchar contra la gravedad, manteniendo la cabeza levantada y la mirada al frente.

En muchos casos, la molestia cervical aparece en recorridos de larga distancia, en los que se permanece varias horas sobre la bici sin variar la posición del cuerpo.

Deberemos revisar la posición sillín-manillar, por ejemplo un sillín demasiado alto o un manillar demasiado bajo nos obligarán a aumentar la extensión cervical, debiendo regularlos para disminuir este grado de extensión.
Una bici o potencia demasiado grandes harán que tengamos que rodar más tumbados, sobrecargando igualmente esta musculatura.



Adormecimiento de las manos
Se produce por compresión de los nervios mediano y/o cubital a nivel del apoyo del talón de la mano en el puño de la bici. Los síntomas más frecuentes son el adormecimiento, hormigueo y entumecimiento, aunque a veces también hay presencia de dolor. 

En caso de mayor compresión del nervio cubital, el adormecimiento se siente a nivel del dedo meñique, parte del anular (4º y 5º dedo) y borde cubital de la mano, aunque puede no aparecer en todo este territorio.

Si está más afectado el nervio mediano, los síntomas pueden aparecer en su zona de inervación que son los dedos pulgar, indice corazón y parte del anular (1º, 2º, 3º y parte del 4º dedo) y el resto de la mano no inervada por el cubital.

Si quedan comprimidos ambos, el adormecimiento afecta a toda la mano.


Compresión del nervio cubital.
Compresión del nervio mediano.


En relación con la bici, puede ser que estemos cargando demasiado peso en los brazos y, por tanto, en las manos, generalmente por colocar el sillín demasiado alto con respecto al manillar o porque tengamos la punta del sillín inclinada hacia abajo. Tendremos que asegurarnos igualmente de no llevar una suspensión demasiado rígida.

También puede aparecer porque en el apoyo, la mano se sitúe desalineada con el antebrazo. Es decir, rodar con las manos inclinadas hacia dentro, habitual si el manillar es muy ancho; o hacerlo con la muñeca en extensión, normalmente relacionado con una posición demasiado alta de las manetas de freno.
Posición correcta de las manetas de freno.



Puños ergonómicos.
Aparte de revisar y regular la posición de estos componentes de la bici, es importante utilizar unos buenos guantes que tengan un refuerzo de gel en las zonas de apoyo. Si el problema aún así persiste, puedes probar a colocar en tu bici unos puños ergonómicos que te permitirán variar la posición de las manos.




Dolor en la ingle
Puede estar asociado a una incorrecta técnica de pedalada, en la que, en lugar de aprovechar durante la fase de elevación del pedal la inercia de movimiento rotatorio que se provoca en la fase de empuje, ésta se realiza tirando del pedal hacia arriba.

Como consecuencia, se produce una sobrecarga de la musculatura que flexiona la cadera (músculos psoas, recto anterior del cuádriceps y tensor de la fascia lata) que puede provocar acortamiento, aparición de contractura muscular, o estrés e inflamación en la inserción de estos músculos, dando lugar a dolor en la región inguinal.

Además, con este tipo de pedalada se pierde potencia ya que, al estar traccionando del pedal hacia arriba, perdemos la atención en el empuje del pedal con el pie contrario, que es el que verdaderamente proporciona la fuerza para avanzar.

Asimismo, la posición demasiado alta del sillín, puede estresar esta misma musculatura por sobreestiramiento durante la fase de extensión de cadera, en el punto más bajo del pedal.



Problemas en la región perineal

Los síntomas pueden ir desde dolor, rozaduras, adormecimiento, hormigueo, entumecimiento en la región perineal (entrepierna) o dolor pélvico; a prostatitis, fuertes descargas eléctricas en la zona, disfunción urinaria, anal o incluso sexual (disfunción eréctil o impotencia).

Suele producirse por compresión del nervio pudendo (neuralgia del pudendo)  y/o por un exceso de presión en la arteria pudenda, que puede dar lugar a una deficiencia en la perfusión de sangre a la región genital.

Si la compresión continúa en el tiempo, puede provocar cambios en el tejido sometido a presión en forma de fibrosis (endurecimiento del tejido) que pueden perpetuar el atrapamiento nervioso y, además, contribuir al desarrollo de Puntos Gatillo en la musculatura del suelo pélvico, complicando así el cuadro doloroso.
Recorrido del nervio pudendo (en naranja).


En la práctica del ciclismo, el nervio pudendo puede quedar atrapado fundamentalmente en dos puntos:
Zonas de compresión del nervio pudendo (en verde) contra el sillín.

- Entre los isquiones (huesos que conforman la pelvis y a través de los cuales se apoya el peso en el sillín).
- Contra el arco púbico (ramas óseas que se disponen horizontalmente formando el pubis) cuando el ciclista se inclina hacia delante.

Está asociado principalmente al uso de sillines que no se adaptan a nuestra anatomía.

Cuando utilizamos un sillín demasiado estrecho o pequeño, el peso corporal recae en la parte interna de los isquiones (zona por donde discurre el nervio), es decir, entre ellos, y no sobre ellos como sería lo adecuado, comprimiendo además la región perineal en exceso.

Puede suceder también cuando vamos demasiado inclinados hacia delante en la bici, por un cuadro o potencia demasiado grandes, aumentando así la presión perineal, en la arteria pudenda y en el nervio pudendo a su paso por el arco púbico. Lo mismo sucede si llevamos la punta del sillín hacia arriba.

Como explicamos en el post anterior, en el apartado de "dolor lumbar", un sillín demasiado alto, obligará a la pelvis a bambolear de un lado a otro cada vez que lleguemos al punto más bajo del pedal, produciendo en muchos casos fricción en los tejidos perineales que originen rozaduras y dolor.



Dolor en pie-tobillo

* Pies calientes:


Distribución de los nervios en la planta del pie.

Se caracteriza por dolor y sensación de quemazón a la altura de las cabezas de los metatarsianos (metatarsalgia).



Generalmente producido por compresión de los nervios digitales plantares (ramas de los nervios plantar interno y externo) encargados de inervar la musculatura intrínseca y los tejidos de la planta del pie.

Ya que suele coincidir con la zona donde apoyan las calas, puede deberse a que éstas se "claven" en la planta del pie, bien porque la suela de la zapatilla esté desgastada, o porque sea demasiado blanda. En este caso lo que habría que hace sería cambiar de zapatillas por otras de suela más dura. Otra opción sería retrasar las calas un poco, o poner almohadillas para las cabezas de los metas.

Otras veces, los nervios quedan atrapados entre los metas por llevar unas zapatillas pequeñas o un pedal pequeño, por lo que la solución pasa por cambiarlos.

Puede suceder también que el problema esté en la arquitectura de nuestros pies, y que ninguna de las opciones anteriores funcione para mejorar el problema. Tanto un pie cavo, con un puente longitudinal exagerado, como un pie plano, en el que el puente casi no existe, puede originar dolor en esta zona. Igualmente ocurre si el apoyo se distribuye más por la zona externa o interna del pie.

 En este caso la mejor opción sería colocar unas plantillas correctivas tras consultar a un podólogo o, en los casos que así lo requieran, determinado por un biomecánico, colocar unas cuñas para corregir la posición del antepié.


* Tendinopatía del Aquiles:

Dolor a nivel del tendón de Aquiles, por irritación del mismo (acompañado o no de inflamación).

Triceps sural y tendón de Aquiles.
Puede estar producido por pedalear dejando caer el talón en el momento de empuje, en lugar de llevar el pie a 90º. Normalmente empieza a ocurrir cuando notamos fatiga muscular en las piernas, principalmente en la zona de los gemelos. También puede aparecer tras sobreesfuerzos puntuales como en recorridos por terrenos con grandes subidas.

Sería conveniente revisar en la bici que las calas no estén excesivamente adelantadas, así como la altura del sillín. Si está muy alto, nos forzará a que realicemos flexión plantar (llevar la punta del pié hacia el suelo) al final del empuje al pedal, sobrecargando el triceps sural (músculos gemelos y sóleo).


Si al rodar notas algo más que una simple molestia, es conveniente que acudas a un fisioterapeuta que valore y trate esa posible lesión. Hay que tener en cuenta que cada persona es un mundo y cada cuerpo diferente, por lo que los consejos tanto de esta entrada, como de la anterior son de carácter general. Si tienes problemas físicos al salir con la bici, siempre será mejor que los ajustes los supervise un biomecánico, preferiblemente fisioterapeuta, tras hacerte un estudio en profundidad (si quieres hacerte un estudio biomecánico consúltanos).







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