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jueves, 14 de junio de 2012

LA CEFALEA TENSIONAL



Se trata de una variedad de cefalea primaria, es decir, que no es consecuencia de una lesión estructural o de otra enfermedad; y es, dentro de la amplísima lista de dolores de cabeza descritos por la medicina, el más frecuente, seguido por los dolores de cabeza migrañosos.

Síntomas característicos:


Según la última "Clasificación de las cefaleas" elaborada por la International Headache Society (IHS, 2004), la cefalea tensional tiene que presentarse con una serie de síntomas característicos y repetidos para ser diagnosticada como tal:

       - Dolor a ambos lados de la cabeza, difuso, como una banda o como un gorro apretado; en ocasiones el dolor puede ser mayor de un lado durante una exacerbación.

       - Dolor de tipo tirantez u opresivo, no pulsátil.

       - De intensidad leve o moderada (puede hacer que tengamos que disminuir nuestra actividad cotidiana, pero no suprimirla).

       - El dolor no se agrava con la actividad física, pero sí con el aumento de estrés emocional y en estados de ansiedad o depresión.

       - Se deben dar estas dos circunstancias:
            - Ausencia de naúseas (solamente leves en ocasiones) y vómitos.
            - Puede presentarse fotofobia o fonofobia, pero no las dos a la vez.


Según su frecuencia, la cefalea tensional puede ser:


            Episódica:
                     Infrecuente: menos de un día al mes.
                     Frecuente: 1 día o más al mes, pero < de 15 días al mes (durante al menos 3 meses).

            Crónica: 15 días o más al mes (durante al menos 3 meses).

 La cefalea tensional episódica dura de 30 minutos a 7 días, y la crónica dura horas o es continua.


Junto con el dolor de cabeza, frecuentemente existe una hipersensibilidad a la presión manual en 8 puntos (no siempre en todos) que coinciden con tejidos y músculos pericraneales (Test de sensibilidad craneal, Langemark & Olesen, 1987) :

1.  M. Masetero.
2.  M. Temporal.
3.  M. Frontal.
4.  M. Esternocleidomastoideo.
5.  M. Suboccipital.
6.  M. Trapecio.
7.  Apófisis Mastoides del temporal.
8.  Apófisis Coronoides de la mandíbula.

¿Por qué se producen?: lo "físico" y lo "mental".


Las causas de la cefalea tensional no están aún totalmente definidas.

Lo físico:

Habitualmente se atribuyen a un exceso de tensión y contractura de la musculatura pericraneal, del cuello, cuero cabelludo, la mandíbula y de la zona dorsal y de los hombros. 

La controversia está en si esta tensión muscular es debida a un problema físico (un trastorno neuromuscular) o a un problema psicológico, en el que un estado de ansiedad o depresivo es el que origina el exceso de contracción muscular.

Independientemente de la causa primaria, varios trabajos han demostrado la presencia de "Puntos Gatillo Miofasciales (PGMs)" (pequeños nódulos formados por la contracción de varias fibras musculares dentro de una banda tensa situada a lo largo de un músculo) dentro de esta musculatura, principalmente en los músculos cuya inervación proviene de los nervios que emergen de los niveles cervicales más altos (C1 y C2), como el m. trapecio superior, los ms. suboccipitales y el esternocleidomastoideo; o por el nervio trigémino, como el m. temporal.
El dolor referido (dolor que se nota a distancia) que provocarían estos PGMs activos en distintas zonas de la cabeza, serían los causantes de esa cefalea difusa.


La zona de dolor referido es la coloreada en azul, coincidente con PGMs en los músculos temporal, suboccipitales, esternocleidomastoideo y trapecio superior.


En la cefalea tensional episódica, la contractura muscular y activación de PGMs suele ser consecuencia de un acontecimiento que ha podido tensionar el organismo de forma puntual, como el mantenimiento de posturas forzadas del cuello durante un tiempo relativamente prolongado (por ejemplo, una altura de la almohada inadecuada, al quedarse traspuesto en el sofá, conduciendo...) o tras un día de trabajo duro. Normalmente la aplicación de calor local en la musculatura afectada o la ingesta de un analgésico, alivia parcial o totalmente el dolor.

Los episodios con dolor de cabeza podrían prolongarse en el tiempo si el mantenimiento de malas posturas termina por convertirse en un hábito, haciendo que el cuerpo se vaya rigidificando poco a poco en esa posición, lo que favorece también la perpetuación de los PGMs (típica posición adelantada de la cabeza). El problema de tensión muscular puede perpetuarse también por estar sometidos a elevados niveles de estrés emocional de forma continua, ansiedad o en estados depresivos.

El paciente con cefalea tensional crónica puede no encontrar alivio con los analgésicos comunes, pero aún así sigue tomándolos porque "en un momento pasado aliviaron el dolor, por lo tanto ahora deberían aliviarlo también". Suelen aumentar la dosis y combinarlos frecuentemente con otros de distinto tipo probando si así cede el dolor. Hay que tener en cuenta que la ingesta excesiva de medicamentos sintomáticos pueden ser causa de una cefalea por intoxicación o inducida por su retirada.


Lo "mental":


Es habitual que las personas que sufren dolor crónico adapten su conducta y hábitos a su experiencia de dolor, es decir, acaban por relacionar de forma inconsciente situaciones como el movimiento (totalmente inocuo y necesario para el organismo) con su dolor. "Si muevo un poco más el cuello de lo normal me haré daño y me va a doler la cabeza"...y ¿por qué crees eso?..."porque una vez me pasó". Se vuelven supersticiosos, más bien su CEREBRO, permaneciendo en una situación de alerta y atención constante a cualquier posible factor desencadenante del dolor; de hecho suelen anticiparse a él, imaginando el peligro futuro, y si finalmente éste aparece buscan una causa ambiental, conductual, un alimento...penalizándolo, haciéndolo relevante aunque no lo sea y aumentando así su desasosiego.
Es curioso que muchas personas con dolor crónico encuentren un alivio temporal de sus síntomas cuando realizan alguna actividad que les gusta, cuando están distraídos.

Es posible una activación del dolor (señal de alarma disuasoria emitida por el cerebro) por puro temor a un daño posible. 

Una prueba de ello la encontrareis en este artículo: http://edupain.wordpress.com/2012/03/15/me-duele-ver-como-te-mueves/


Cuando el dolor crónico se cataloga como un dolor "psicológico".


Lo primero que pensamos cuando el médico dice "su dolor es psicológico, no tiene ninguna lesión que lo justifique" es: "¿que son imaginaciones mías!!??". No es exactamente así, existen evidencias neurológicas que lo explican.

Según algunas investigaciones, la persistencia en el tiempo de los estímulos dolorosos (como por ejemplo los procedentes de estos Puntos Gatillo Miofasciales) pueden llegar a provocar que las vías nerviosas de transmisión del dolor desde los tejidos y estructuras de la periferia del cuerpo hasta el cerebro se sensibilicen, es decir, que envíen espontáneamente información al cerebro de una alerta o daño aún cuando no se esté produciendo un daño real, originando cambios en la red neuronal.

De esta forma el cerebro interpreta esa información y la hace consciente en forma de dolor ante un mínimo estímulo que, en condiciones normales no sería causa de daño, y por lo tanto no debería provocar dolor. De la misma manera, un cerebro sensibilizado y "miedoso" puede anticipar esa alarma de peligro y hacerla consciente en forma de dolor. Es el fenómeno denominado "SENSIBILIZACIÓN CENTRAL".


¿Qué podemos hacer desde la fisioterapia?


En un primer momento y una vez descartada por el médico (mediante resonancia magnética, TAC, etcétera) cualquier patología orgánica que pueda ser la causante primaria del dolor de cabeza, siendo el diagnóstico de "cefalea tensional", podemos identificar alteraciones a nivel musculo-esquelético que influyan en la cefalea (exceso de tensión o desequilibrio muscular, fascial..., problemas de movimiento articular, alteraciones posturales, etcétera) y proceder a su tratamiento. 

Esta sería la parte "física", ¿y la mental?: están unidas, mente es cerebro y sistema nervioso central. Cualquier tratamiento que induzca al organismo a una relajación (terapia cráneo-sacra, masaje, respiración...) y al movimiento "sin miedo" (realización y asesoramiento en el ejercicio activo, en la vuelta si es necesario a una actividad normal sin dolor) puede ser beneficiosa en el tratamiento de la cefalea tensional.








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